Fué como llegar a casa, entrar por la puerta, cerrarla y tener la seguridad de que el miedo no traspasaría la puerta.
Que incierto eso que pensamos, el miedo nos persigue si no dejamos de pensarlo.
Y quizás...pasamos la mayoría del tiempo engañados, nos concienciamos para tranquilizarnos y nos preocupamos más tiempo en huir que en aceptar lo que está pasando.
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